Huellas de visitantes del espacio en el pasado remoto quedan como incógnitas para la ciencia que no las acepta como pruebas.

La sugerencia de que seres espaciales visitaron nuestro planeta hacia 10.000 a.C. recibe un problemático apoyo de una fuente inesperada. De leyendas mundiales de China y el Tíbet que hablan de seres celestiales, divinas dinastías y de guerras en los cielos. En las cuales lo real y lo imaginario se mezclan con exótica fantasía hechizando nuestras inquisitivas mentes perplejas por esos extraterrestres del pasado y hoy. Que gobiernos poderosos se atreven a ocultar a pesar de las evidencias que, no dejan lugar a duda de su presencia y convivencia con las culturas mas desarrolladas del mundo.

Por ejemplo: el escritor Ruso Vyaschelav Zaizet cita que un explorador y arqueólogo Chino de apellido Tay en 1965 expuso un asombroso informe ante la comunidad científica de su país donde afirmo que seres espaciales aterrizaron en la tierra hace doce millones de años de acuerdo a las exploraciones que realizó en las cavernas localizadas en las montañas de Bayan-Kata-Ula en la frontera de China y el Tíbet.

Allí fueron encontrados 716 discos de piedra semejantes a los grafonómicos. Cada disco tenia un agujero, en el centro del cual partía una doble ranura en espiral por toda la circunferencia. No eran surcos de sonido sino de la mas antigua forma de escritura China y posiblemente del resto del mundo por lo que, el arqueólogo expuso su teoría de la visita extraterrestre.

Esta teoría fue apagada súbitamente por la academia de la prehistoria de Pekín, quien consideró descabellado el punto de vista del arqueólogo por lo que, Tay en compañía de sus colegas, decidió hacer publico y de manera independiente su libro "Surcos de escritura referente a naves espaciales extraterrestres .

Esta increíble referencia enlaza con otro hecho sorprendente: estas cuevas fueron habitadas por las tribus Ham y Dropa y eran compuestas por hombrecillos atrofiados de una estatura de menos de un metro y medio y de los cuales se conoció muy poco. Lo extraño es que dentro de sus textos jeroglíficos narraron que ellos bajaron de las nubes en sus deslizadores y se ocultaron en las cuevas diez veces antes de la salida del sol.

Otro jeroglífico de la tribu Ham describía la destrucción de sus propias naves espaciales durante un peligroso aterrizaje en las elevadas montañas y el fracaso de construir otras para volver a su lugar de origen. Siendo así como se quedaron en este lugar donde convivieron por mucho tiempo hasta que se dice fueron rescatados y vueltos a su hogar.

Otras leyendas Chinas, también acerca de estas tribus, describen a estos hombrecillos como muy inquietos y de rostro amarillo que descendieron de las nubes. Esos visitantes se dice tenían enormes cabezas y cuerpecillos diminutos, que resultaban algo grotesco para los habitantes de las tribus asentadas allí en el pasado remoto. Coincidiendo esto con los restos encontrados en tumbas en el interior de estas cavernas por espeleólogos que afirmaron tenían una antigüedad de doce mil años.

     

Acambaro Guanajuato cuenta con el único museo a nivel nacional que guarda toda una capsula del tiempo que demuestra la evidencia Ovni y su convivencia con los hombres del pasado. Seres de diferentes etnias hechas en diferentes materiales pétreos reunidas en este punto del orbe, de una antigüedad de dos mil quinientos a tres mil años.

Aquí en México, en museos, ruinas arqueológicas, montañas, riscos o cañadas existen numerosas evidencias de ese pasado extraterrestre que duermen y claman por ser reconocidas, ya que sólo así, entendiendo al pasado podremos interpretar el presente y estar preparados para el contacto definitivo con esos seres que partieron en aquellos tiempos y prometieron volver algún día.